El Dios también es tierno con los animales salvajes. A veces es retratado como el "Dios Cornudo" y puede llevar cuernos en la cabeza como los del ciervo, simbolizando así su conexión con los animales no domesticados. Antaño, la caza era una de las actividades consideradas gobernada por el Dios, mientras la domesticación era de la Diosa. Los dominios del Dios son las selvas y los bosques vírgenes de las manos humanas.
También lo son los desiertos ardientes y las altas montañas. El ciclo temprano del florecimiento, maduración y cosecha están hace tiempo asociadas con el Sol. El Dios es también la recompensa por los bienes conseguidos en el campo. Es el vino que sale de la uva, es el grano dorado en el campo, son las rojas manzanas colgadas en el árbol. El Dios también gobierna y celebra el sexo. La Wicca no esconde esto a los niños y tampoco deja de hablar del tema con ellos. Es parte de la Naturaleza y debe ser aceptado como tal.
Ya que trae placer, intimidad y complicidad, también perpetúa nuestra especie. Por tanto, es considerado sagrado. Los símbolos utilizados para representar al Dios incluyen: espadas, cuernos, lanzas, velas, oro, diamantes, flechas, varitas mágicas, puñales, etc. Las criaturas sagradas para Él son: el toro, serpiente, pez, dragón, lobo, águila, halcón, tiburón, lagarto entre otros. Está representado por el Sol y por ende conlleva todas sus cualidades en sí: la fortaleza, el día, la luz, el hombre, la seguridad, la voluntad, la razón, la actuación, el fuego. Tradicionalmente al Sol se le representa como una deidad fuerte y viril, siempre ha recibido los mejores atributos, pero en la Wicca se suele reverenciar mayormente a la Diosa que al Dios, debido a que ella cumple la mayor parte de la fecundación.
Su naturaleza es esencialmente terrenal. Se le representa mayor, tiene orejas y los cuernos de un ciervo y lleva una torque, especie de collar galo. Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero. En una palangana de plata
dorada encontrada en Gundestrup, Dinamarca, figura sentado, rodeado de un gran ciervo, dos toros, dos leones y dos lobos, mientras que no lejos de ahí un niño cabalga un delfín. Así, el Dios aparece como amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje).
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