LA EMANACIÓN DE LAS IDEAS
En estrecha relación con las líneas que comienzan con «Pues
de Él surgieron», se ha preservado un fragmento más largo, de 16 líneas, que
dice lo siguiente:
La Mente del Padre rebosante de lo mejor de su
Voluntad, concibió Ideas que podían tomar todaslas formas; y a partir de Una
Fuente emprendieron vuelo y saltaron. Porque el Padre era ambos, Voluntad y
Fin.
El Fuego Gnóstico las diferenció distribuyéndolas en
las distintas formas conocidas. Pues para el mundo de muchas formas, el Rey
dispuso un Plan [o Modelo] no sujeto a cambios. Ateniéndose a los trazados de
este Plan, que ninguna palabra puede expresar, el Mundo, satisfecho con las
Ideas que toman todas las configuraciones, creció manifestándose en formas. Hay
Una única Fuente de estas Ideas, desde donde emanan, diferenciándose, otras, a
las que nadie puede acercarse -en un estallido alrededor de los cuerpos del
Mundo- y que dan vueltas alrededor de los imponentes Abismos [o Senos], como
las abejas en los panales, emitiendo destellos todo en derredor, aquí y allá,
sin curiosidad -son los Pensamientos Gnósticos de la Fuente Paterna que cogen
en su plenitud la Flor del Fuego en la cumbre del Tiempo insomne.
Fue de esta primera Fuente del Padre, que se
perfeccionó a sí misma,
de donde emanaron estas Ideas originales. Se
puede comparar este coger o recoger la Flor del Fuego con los antiguos versos gnómicos pareados
que han sido preservados por Hesiodo: Ni de los Cinco Brazos que surgen del Fuego de los Dioses
que cortan lo Seco que fue Verde con la espada llameante. Como se ha mencionado
previamente,28 pienso
que Hesiodo preservó estos trozos de sabiduría antigua a partir de fragmentos
órficos que circulaban en aquellos días entre la población de Beocia, que, a su
vez, los habían obtenido de una Grecia más antigua que la de los héroes de
Homero. En otras palabras, aquí tenemos un indicio del contacto entre la Grecia
prehomérica y los caldeos.
Estas Ideas de vida o Pensamientos creativos son emanaciones
(o flujos) de la Mente Divina y constituyen la Divina Economía o Plan de la
Mente Divina. Se trata de conceptos aún más importantes que el Fuego, pues son
capaces de recoger en sí mismos la esencia sutil o Flor del Fuego. La «cumbre
del tiempo insomne» es una hermosa frase a la que resulta algo complicado asignarle
un significado preciso. La «cumbre del Tiempo» es, quizá, el momento supremo, y
podría significar «momentáneamente» -no en el sentido de algo que dura sólo una
pequeñísima fracción de tiempo, sino en referencia al momento en que el Tiempo
se junta con la Eternidad. Los Pensamientos de la Mente del Padre están en la
Frontera del Tiempo. Son Inteligencias de Luz y de Vida y tienen la misma
naturaleza que los Logos. ¡Pensamientos
del Padre! ¡Brillo en llamas, Fuego puro!
EL VÍNCULO DE AMOR DIVINO
Ahora analizaremos los versos que se refieren al Nacimiento
del Amor (Eros), el vínculo de unión entre todas las cosas. Porque la Mente del Padre, la Única capaz de
engendrarse a sí misma,
viendo Sus [propias] Obras, sembró en todas el Vínculo del Amor, y lo hizo con
su Fuego que todo lo domina; de esta manera todo continuará amando por tiempo
indeterminado, y todas estas Tramas de la Luz Gnóstica del Padre nunca
fracasarán. Es también con este Amor que los Elementos del Cosmos se mantienen
en movimiento.
Las Obras del Padre se refieren a las Realizaciones de la
Mente Divina, es decir, las Almas. La misma idea, aunque en una escala más
baja, por así decirlo, se encuentra en la Anunciación que el Monarca de los
Mundos, sentado en el Trono de la Verdad, hace a las Almas, y que aparece en el
tratado hermético La Virgen del Mundo: Oh Almas, Amor y Necesidad serán tus Amos, ellos son los
Amos y Señores después de Mí. Una de las principales doctrinas de Heráclito era
el Casamiento de los Elementos y su perpetua transmutación. Los Elementos se
casan y transforman uno en otro, como podemos ver en el mito Mágico citado en
el volumen V de los pequeños libros Los
Misterios del Mithra.
La idea se resume en las siguientes líneas extraídas del
Himno de Alabanza al Eón o Eternidad, en el Papiro Mágico: iTe saludo, Oh Tú,
inamovible Principio y Fin de la Naturaleza! Te saludo, a Ti, Vórtice de la Liturgia
[o Servicio] incesante de los Elementos de la Naturaleza! En estrecha relación
con los anteriores versos del Oráculo, surgen claramente los siguientes:
Cubrió su entorno de Fuego, su compañero inseparable,
con el Vínculo del Amor admirable que surgió primero, y mezcló las Cráteras
originales vertiendo en ellas la Flor de su propio Fuego. Las Cráteras, o Krateres, son los Ardientes Crisoles en los
cuales se mezclan los elementos y las almas de las cosas. El Mezclador no es el
Amor considerado separado del Padre, sino la Mente del Padre expresada como
Amor. Así se comprueba en los siguientes versos:
Después de mezclar la Chispa del Alma con dos
elementos hechos uno -Mente y Aliento Divino Él agregó, como tercer elemento,
Amor puro, el Maestro augusto que todo lo mantiene unido. Es posible comparar esto con la Mezcla de Almas en el
tratado La Virgen del Mundo: Tomando aliento de su propio Aliento y mezclándolo con el
Fuego Omnisciente, Él agregó otras sustancias que no tenían poder de saber; y
haciendo de los dos uno, con ciertas ocultas Palabras de Poder, puso toda la
mezcla completamente en movimiento. Y así se invoca este Amor Casto, Santo y
Divino en el Papiro de París (1748):
Yo Te invoco a Ti, Autor Principal de toda generación, quien
despliega Sus alas sobre todo el universo; Tú el inalcanzable, Tú el
inconmensurable, quien inspira el sentido creativo [lit. razón] en todas las
almas, quien une todas las cosas por el poder de Tu propio Ser. En algún otro
fragmento del mismo Papiro ( 1762) el Amor se define como: Aquello Oculto que
secretamente hace diseminar entre todas las almas el Fuego que no se puede
lograr por medio de la contemplación. Lo que los hombres entienden como amor,
en contraste con este Amor Divino, los Oráculos lo denominan el bochorno del Amor Verdadero. Según sostiene Proclo,32 al Amor Verdadero también se lo llama Amor Profundo, y
con él debemos llenar nuestras almas. En algún otro punto de los Oráculos este
Amor se une a la Fe ya la Verdad para formar una tríada, la cual es posible comparar
con otra tríada, según los siguientes versos citados por Damascio: Virtud y Sabiduría y Certeza deliberada.
Hasta aquí hemos tratado el tema de los Poderes Divinos
considerando que trascienden el universo manifestado; pasaremos ahora al mundo
formal, o economía del cosmos material, ya los Poderes con él relacionados.
LOS SIETE FIRMAMENTOS
Como vimos anteriormente al hablar de la Gran Madre (pág.
36), es ella quien, como el Alma Original, «de repente anima la Luz, el Fuego,
el Eter, los Mundos».33 Los
comentaristas neoplatónicos contemplan esta Luz como una mónada que abarca una
tríada de estados -empírico, etéreo e hilético (i) (es decir, de la materia
prima)-. Más adelante afirman que sólo el último estado es visible a la visión
física normal,34 y
consideran que estos cuatro elementos constituyen el cuarteto
o tétrada de todo el universo sensible. Si el verso que
hemos citado fuera el único fundamento para avalar esa precisa declaración de
los comentaristas, por supuesto que implicaría, de alguna manera, la
elaboración de una filosofía a partir de una simple afirmación del poema
original. Pero difícilmente se justifica asumir que si no se cita un verso, ese
verso no existe, como parece que Kroll hace extensamente.
Los comentaristas platónicos tenían ante sí el poema
completo y, como hicieron aquellos que sistematizaron los Upanisads, trataron
de desarrollar un sistema consistente a partir de las manifestaciones místicas.
También existían, con toda probabilidad, otros documentos helénicos similares,
que reflejaban algunos aspectos de los Libros
de los Caldeos; y además flotaba en el aire cierta
tradición general de una filosofía caldea. Así, basándose en la profusión de
metáforas de los Oráculos, dividían el Universo Sensible en tres estados o
planos –el empírico, el etéreo y el hilético-. A estos planos o estados se
refieren cuando mencionan el
misterioso septenario de las esferas en el verso: El
Padre causó la expansión de los siete firmamentos de los mundos.
Por supuesto, este Padre es la Mente de la Mente, y la
expresión «causó la expansión» da la idea de algo que se hincha desde un centro
hacia los límites de un marco o borde. El punto más interesante es que aquellos
que conocían los Oráculos y estaban en línea directa con su tradición, no veían
estos siete firmamentos o zonas como las «órbitas planetarias». Asignaban uno
de estos siete
firmamentos al plano empírico, tres al etéreo, y tres al de
la materia prima o sublunar. De este modo, había una cadena o espiral de siete
firmamentos que dependían del octavo (la octava) que estaba constituida a base
de Luz, la Frontera entre los mundos sensible e inteligible. Sin embargo, los
siete eran mundos corpóreos.35 Los tres hiléticos (es decir, los de la materia prima)
pueden compararse con los estados sólido, líquido y gaseoso de la materia
física; los tres etéreos con estados similares del éter o materia sutil; y el
séptimo corresponde al atómico o empírico, o ardiente verdad o estado de fuego
y niebla. Más aún, con referencia al mundo hilético o de la materia prima, que
comprende tres esferas o estados, el Oráculo agrega: Los centros del mundo hilético se fijan en el éter
que está sobre él. Tal vez sería como decir que el éter
rodea y penetra el cosmos de la materia prima.
EL SOL VERDADERO
Con respecto al Sol, la tradición transmitió una doctrina
que hoy no puede recuperarse completamente debido a la ausencia del texto
original. Sin embargo, Proclo observa que el Sol verdadero, para distinguirlo
del disco visible, es «transmundano» o «supercósmico», es decir, está más allá
de los mundos visibles a los sentidos. En otras palabras, pertenece al mundo de
la Luz propiamente dicho, el cosmos monádico y, como tal, derrama sus fuentes
de Luz. La tradición de los Oráculos más arcanos o místicos sugiere que la
totalidad del Sol -es decir, la mónada- debe considerarse en el plano
transmundano,36 «pues
allí», señala Proclo, «están el Cosmos Solar y la Luz Total, como dicen los
Oráculos de los Caldeos, y yo creo».
En alguna otra parte, Proclo habla de lo que «parece ser el
circuito del Sol», y lo contrasta con la verdadera circulación, «la cual, al
proceder de algún sitio allí arriba, de un orden oculto y supercelestial de las
cosas más allá de los cielos, siembra en todos los [soles] del cosmos la
adecuada porción de luz para cada uno.» También esto parece basarse en la
doctrina de los Oráculos. Así como a la Mente Formadora se la denominó Mente de
la Mente, de la misma manera, en los
Oráculos al «Sol más verdadero», se lo llamó Tiempo del Tiempo, porque
mide todas las cosas con el Tiempo -como sostiene Proclo- y, por supuesto, este
Tiempo representa el Eón. Otros nombres que se le asignaron fueron Fuego, Canal de Fuego, y Depósito del Fuego,38 a los
cuales podrían agregarse muchos más, siempre relacionados con el Fuego, tal
como sugiere el Ritual Mitráico.
LA LUNA
Si como hemos visto, el sol visible no es el verdadero Sol,
igualmente es de suponer que la luna visible es una imagen de la Luna verdadera
reflejada en la atmósfera de la materia prima. En relación a la Luna se
conservan estos cinco trozos aislados de algunos fragmentos. La trayectoria etérea y el ímpetu desmesurado y los
torrentes [o flujos] aéreos de la Luna.
¡Oh Éter Sol, Aliento de la
Luna, Líderes del Aire!
Los círculos solares y los
pulsos lunares y los senos aéreos.
La melodía del Éter y del Sol, y
las corrientes de la Luna y del Aire.
y el ancho Aire, y la trayectoria
lunar, y la bóveda etérea del Sol.
Estas citas son demasiado incompletas como para elaborar
algún comentario provechoso.
LOS ELEMENTOS
Según sostiene Proclo, a partir de los restos recuperados
del poema se descubre que primero surgió el espacio-Sol, después el
espacio-Luna, y más tarde el espacio-Aire. Sin embargo, los elementos del
cosmos no eran simplemente el fuego, el aire, el agua y la tierra «Terrenales»
, sino que constituían los fundamentos de un orden superior. Olimpiodoro
explica que los elementos de los
puntos más elevados de la Tierra, es decir, de las cumbres
de las montañas más altas, se consideraban pertenecientes al Agua cósmica o
aire Acuoso, el cual, sucesivamente, se transformaba en Éter (¿húmedo?),
mientras que el Éter en sí constituía el Éter más remoto. En este sentido
fueron considerados los verdaderos Éteres
de los Elementos, como los llama el Oráculo.
LAS CÁSCARAS DEL HUEVO CÓSMICO
La representación esquemática del límite cósmico era una
curva, pero no se sabe si ésta era hiperbólica, parabólica o elíptica.
Damascio, citando los Oráculos, habla de una figura o línea simple -dibujada en un contorno curvo ( o convexo )- y agrega que dicha figura era frecuentemente usada para
simbolizar la periferia del cielo.4° En la mitología órfica, sin duda basada en
fuentes caldeas, la cúpula del cielo se considera formada por la parte superior
de la cáscara del Gran Huevo, que se originó cuando éste se rompió en dos. El
Huevo era en su mitad superior de forma esférica y en la inferior cónica o
elíptica.
Proclo afirma que, según los Oráculos, existían siete
circuitos o círculos de esferas irregulares o imperfectas y, además, una octava
esfera, perfecta, cuyo único movimiento hacía girar todo el cielo en la
dirección opuesta, es decir, hacia el oeste.
LA FISIOLOGÍA DEL CUERPO CÓSMICO
En relación a esta octava esfera haremos referencia a la
«progresión» de la que se habla en estos versos:
Ambas, la trayectoria lunar y la progresión estelar.
[Esta] progresión estelar no se originó del vientre de las cosas a causa tuya.
El hombre, la mente normal del hombre, se consideraba que
estaba sujeta a esferas irregulares, en forma de huevo, no esféricas; y si
existían estas esferas también habían centros y canales misteriosos -tubos,
canales, ductos, conductos-. Debido a la pérdida del texto original -sólo queda
un oscuro fragmento referido a este tema- ya no podemos descubrir qué y cuántos
eran estos centros: Y quinto, [y] en la niebla, otra
ardiente compuerta, de donde el Fuego dador de Vida desciende a los canales
terrenales.
Aparentemente esto se halla en relación con la anatomía y
fisiología del Gran Cuerpo. Proclo introduce esta cita con la siguiente afirmación:
«El conducto del Poder generador de vidas desciende al centro [del cosmos],
pasando a través del centro de la tierra, al igual que proclaman los Oráculos cuando
se refieren al centro de los cinco centros que se extiende recto hacia el lado
opuesto». No queda claro cómo un centro puede entrar y pasar a través de otro
centro. Sin embargo, estos canales o centros eran claramente vías para conducir
el Fuego nutritivo y alimenticio al mundo ya todo cuanto vive en él.
Presumiblemente, en los siguientes versos se hace referencia al Centro
Principal del universo: El
Centro, desde el cual todo [¿rayos?] es igual hacia la periferia.
EL COSMOS GLOBULAR
En cualquier caso, el plan básico del universo era globular.
Proclo declara que Dios, como el Demiurgo, o artífice del mundo, hizo el cosmos
en su totalidad: Desde el Fuego, Agua, Tierra
hasta el Éter que todo lo nutre. Según se
entiende, presumiblemente, que Éter es el «Éter Acuoso» o Aire, como hemos
visto anteriormente (pág. 62). Más adelante, relata cómo el Hacedor, trabajando
por Sí mismo o sobre Sí mismo, con Sus propias Manos, construyó y dio forma (j)
al cosmos: Sí, pues había una Segunda Masa
de Fuego que trabajaba desde sí misma todas las cosas allí abajo (lit., allí), de modo tal que el Cuerpo
Cósmico pudiera enrollarse en forma de pelota, voIviéndose así claramente
manifiesto y no con una apariencia de membrana.
Por supuesto, resulta muy difícil adivinar el significado de
estos trozos fuera de su contexto. Sin embargo, la apariencia membranosa del
Cosmos sugiere la idea de la piel más fina o superficial, o sea, las líneas, o
hilos, o marcas iniciales en la superficie de las cosas. En otras palabras, la
acción del Fuego Formador arrolla la superficie de las cosas para hacerlas
tridimensionales o sólidas (como se enrolla una hebra de lana para hacer un
ovillo). La idea fundamental puede verse en otro
verso del Oráculo, donde se hace referencia al Camino del
Retorno a lo largo del cual este aspecto Extrovertido o Enmarañado debe ser
revertido o desenrrollado: No
ensucies el espíritu, no conviertas lo plano en sólido.
Volveremos sobre este tema más adelante, al final de los
comentarios. La
«Segunda Masa de Fuego» es, presumible mente, el Fuego sensible, o más bien el
Fuego que provoca la manifestación del mundo sensible, en contraste con el Puro
Fuego Oculto (el Inmanifestado, Inteligible o Mente Ideal del Padre). La
«Segunda» es, por supuesto, la Mente de la Mente, expresada en forma poética,
en contraposición a la Mente en sí; o sea, la Mente que surge de sí misma. La
palabra traducida «Masa» (ôykos)
ofrece una variedad de refinados
significados en el lenguaje filosófico griego. Así, puede referirse a espacio,
dimensión, átomo, etc., y da la idea de definir al Cuerpo de la manera más
simple. El Mundo o CosmoS es, por así decirlo, el contorno de la Mente
convertida en el pensamiento del Cuerpo: Pues
es una Copia de la Mente; pero aquello que surgió [o se engendró] tiene algo
del Cuerpo.
NATURALEZA Y NECESIDAD
Como hemos visto en los versos citados anteriormente,42
la totalidad de la Naturaleza, su crecimiento y evolución,
dependen o se originan de la Gran Madre, la Esposa de la Deidad, y de algún
modo a la Naturaleza se la identifica con el Destino y la Costumbre, según
muestran los tres versos siguientes: Pues
la naturaleza que nunca se cansa, gobierna sobre los mundos y las obras; de
manera que el Cielo siga su curso por siempre, descendiendo, y el Sol, gire
veloz alrededor de su Centro, con la sabia costumbre de voIver.
Si cuando Proclo dice que Apalo quiere significar el Sol, y
si «uno de los teúrgos» hace referencia al escritor de este poema, entonces la
frase «exultante en la Armonía de la Luz» debe compararse Con la expresión más
familiar «el regocijo del gigante que sigue su curso». Los Oráculos hablan de que
el Sol posee una regla dotada de tres poderes
(lit. trialada) -la cual quizá signifique sobre, en y debajo
de la Tierra.
LOS PRINCIPIOS O REGLAS DEL MUNDO SENSIBLE
En los fragmentos que todavía se conservan en la actualidad
es muy raro encontrar nombres griegos para designar a los Poderes que
administran el gobierno del Universo. Así, aunque Proclo refiere los siguientes
versos a Athena, nada demuestra que su nombre se mencionara en los Oráculos.
Es más probable43 que la
frase se refiera al alma, o concretamente, al hombre recién nacido del poder gnóstico
que deja atrás su naturaleza más baja. Es posible que Proclo haya visto en esto
una analogía con el nacimiento de Athena,
emergiendo, completamente armada, de la
cabeza de Zeus, y que así haya surgido la confusión. La frase dice: Si, en efecto, completamente armada, dentro y fuera,
como una diosa.
El primer epíteto deriva del Caballo de Troya que llevaba
los guerreros armados dentro. En el misterio de la regeneración esto hacía
referencia al rehacer de todos los cuerpos del hombre de acuerdo al corte y
modelo del Gran Cuerpo o Cuerpo Cósmico, que a su vez se relaciona con el aspecto
materno de las cosas -la gestación del Cuerpo verdadero o Resurrección. Son los
comentaristas neoplatónicos quienes, muy probablemente, han ido agregando
nombres del panteón helénico al elaborar las simples manifestaciones del poema
original, en su mayoría anónimas.
Sin embargo, está claro que, en correspondencia con lo que
llamaban Fuentes (caracteres griegos), al referirse a los Orígenes de la Luz y
la Vida en el Cosmos Inteligible, había Principios, Reglas o Soberanías
(caracteres griegos) que gobernaban y ordenaban el Cosmos Sensible. Éstas se
dividían en una jerarquía de cuatro tríadas, doce en total, y según sostenían
los comentaristas neoplatónicos, coincidían con las Doce de las tradiciones
caldeas acerca de las estrellas. Es probable que esto no figurara tan
explícitamente en el texto original. En relación a estos Principios se
conservan los siguientes versos: Principios
que, comprendiendo en sus mentes las Obras concebidas en la Mente del Padre,
las
cubren con obras y cuerpos que los sentidos pueden
percibir.
Los Principios regidores más importantes eran tres. Damascio
los llama «los tres Padres» -del cosmos manifestado, según la teoría del
conocimiento- pero, en esta denominación, tal vez haya un eco de la
nomenclatura teúrgica o de la escuela mágica y no de los Oráculos mismos. De
todas maneras, él cita estos tres versos en relación a la división en tres del
mundo sensible. Entre ellos el primer Camino es
el Sagrado; el del medio el Aery; y tercero hay otro que calienta la Tierra en
Fuego. Porque todas las cosas son esclavas de estos tres poderosos Principios.
Según Damascio, esto significa que existen tres Principios
que se corresponden con el Cielo, la Tierra y el Interespacio; o más bien, Un
Principio expresado en tres modalidades -celeste (o empírico), medio (o aery o etéreo)
y terreno (o hilético)-. El camino celeste es, quizá, la revolución de la Gran
Esfera de estrellas fijas; el terreno se conecta al Fuego Central; y el del
medio con los movimientos de las esferas irregulares. También es probable que
el último «camino» conectado simplemente con el Aire, tenga relación con los
misteriosos «Vientos» o corrientes del Gran Aliento, como puede observarse en
el simbolismo del Ritual Mitraico. Esta conjetura se confirma con algunas oscuras referencias
que Damascio hace cuando, usando el lenguaje de los Oráculos, habla de Tubo o Conducto conectado
con los Principios del mundo sensible, y sostiene que éste se halla subordinado
a un Tubo unido a las Fuentes del mundo inteligible.
La diferencia entre Fuente y Principio es suficientemente
clara; una emana de sí misma, el otro rige algo que no es sí mismo. Si
insistimos en un significado preciso, vemos que los términos podrían ser algo
así como hysteron proteron; (k) de todas maneras, debemos recordar que, en su mayor parte, estamos
tratando con simbolismos y metáforas poéticas. Proclo intenta diseñar una
escala precisa de los términos relacionados con esta metáfora de las Fuentes u
Orígenes. Así, dice que al punto más alto de toda cadena (o serie) se lo llama
Fuente (u Origen), luego vienen los Manantiales, después los Canales y, por
último, las Corrientes. Pero probablemente esto es sólo un refinamiento de
Proclo y no algo original del Oráculo.