martes, 27 de septiembre de 2016

Los Caldeos Parte I

Los Oráculos
Fragmentos y comentarios
Primera Parte
El principio supremo

-En los fragmentos aún existentes de los Oráculos Caldeos el Principio Supremo es llamadosimplemente el Padre, la Mente, la Mente del Padre o el Fuego. Sin embargo, en su comentario, Psello sostiene que los Oráculos alaban lo Uno idéntico al Bien como el Origen de todo; prácticamente no hay duda de que en el círculo de este poeta la Deidad se consideraba « Uno y Todo» -de acuerdo con la gran fórmula de Heráclito- o el Inefable, según algunos gnósticos de esa época. Heráclito, que tuvo su auge alrededor del 500 a. J.C., de alguna manera ya había elaborado una filosofía a partir de las instituciones y símbolos de la tradición mágica caldea.
Cory, en su colección de fragmentos de oráculos4 incluye una definición del Supremo que Eusebio atribuyó al persa Zoroastro. Es posible que esto haya derivado de algunos documentos helénicos influenciados por Los Libros de los Caldeos o por Los Libros de los Medos, y puede por lo tanto, considerarse de acuerdo con la doctrina básica de estos Oráculos. Aunque Kroll omita, justamente,
esta definición, la transcribimos a modo ilustrativo: Él es el Primero, indestructible, eterno, ingenerabIe, impartible, completamente distinto de cualquier otra cosa, depósito de toda belleza, insobornable, de todo lo bueno el Mejor, de todo lo sabio el Más Sabio; Él es también el Padre de la buena regla y de la rectitud, autodidacta y natural, perfecto y sabio, el único Descubridor de la naturaleza sagrada de la Tradición.

LA FINALIDAD DEL CONOCIMIENTO

Si bien no existe ningún extracto que hable directamente del Summum Mysterium, tenemos una prueba más que suficiente que avala la teoría de que el término fue concebido en los Oráculos como una expresión de algo que está más allá de las palabras. Dicha prueba es un fragmento de once líneas que explica el supremo fin de la contemplación como sigue: Sí, existe Eso que es la Finalidad del Conocimiento, Eso que debéis entender con la flor de la mente. Porque no debéis voIver vuestra mente hacia dentro de Eso y comprenderlo como «algo» comprensible, pues así no lo conoceríais. Pues hay un poder de la flor de la mente que brilla en todas las direcciones iluminando con rayos intelectuales [lit., sectores].
En realidad, no deberíais [afanaros] con vehemencia por comprender la Finalidad del Conocimiento, ni siquiera con la llama extendida de la mente extendida que mide todas las cosas, excepto la Finalidad del Conocimiento [solamente] .
En efecto, no hay necesidad de presiones para comprender Esto; pero debierais tener la visión del alma en estado puro, apartada de cualquier otra cosa, de manera de dejar la mente vacía [de todas las otras cosas], atentos a ese Fin, para que podáis aprehender la Finalidad del Conocimiento; pues Esta subsiste más allá de la mente.

«Eso que es la Finalidad del Conocimiento», en general, se traduce como el Inteligible. Pero tonoêtón,  para los gnósticos de esta tradición, significa la Mente que se crea a Sí Misma, que crea su propio conocimiento. Es ambos a la vez, comienzo y final, causa y efecto de sí mismo; y, por ende, el fin o meta de todo conocimiento. Por lo tanto, es menester distinguirlo de todas las formas convencionales de intelecto; la mente normal, condicionada por los opuestos, sujeto y objeto, no lo puede comprender. En tanto lo concibamos como un objeto separado de nosotros mismos, como si estuviéramos «entendiendo algo», tanto más lejos estaremos de él. Debe contemplarse con «la flor de la mente», con lo mejor de la mente, es decir, en el momento en que ésta florece, crece e irradiahacia dentro y hacia fuera un brillo intelectual que penetra en sus propias profundidades y se vuelve uno con ellas. Sin embargo, «la flor de la mente» no es el fruto o las joyas de la mente, a pesar de tratarse de un poder de las mentes apasionadas, pues las flores son el aspecto soleado de las cosas.

Entender con «la flor de la mente» sugiere coger, con los krateres (c) o profundidades de la mente, la verdadera inteligencia apasionada de la Gran Mente, al igual que las flores, con sus pétalos en forma de cáliz, captan los rayos del sol. y por medio de éstos dar a luz dentro de uno mismo al fruto o joyas de la Mente, cuya naturaleza es de una comprensión espiritual e inmediata, es decir, que se refiere a los sentidos superiores de la mente o poderes del conocimiento. El fragmento parece constituir la instrucción de un método para iniciar a la mente en el conocimiento o verdadera gnosis -en verdad un proceso muy sutil-. No es de esperar que la mente normal, formal y parcial pueda hacerse una idea completa, una totalidad, como erróneamente puede imaginarse que haga en el ámbito de la forma; en las esferas vivientes de lo inteligible no existen esas ideas limitadas definidas por una forma o contorno; son inconmensurables. En esta simbología «llama» y «flor» significan aproximadamente lo mismo; «llama de la mente» y «flor de la mente» sugieren el mismo evento en los reinos mineral y vegetal, recreado en el ámbito de la mente. Ésta debe crecer desde sí misma hacia su Sol.

La mayoría de las mentes de los hombres están, en el mejor de los casos, ardiendo apenas, sin llama; requieren un soplo del Gran Aliento para hacerlas encender en llamas, y así extenderlas o hacerlas poseedoras de un nuevo poder regenerativo. La mayoría de las mentes de los hombres, o personas, son plantas inmaduras, que todavía no han alcanzado el momento del florecimiento. Éste sólo se logra a través del Calor del Sol. Una persona en florecimiento podría considerarse alguien que comienza a saber cómo dar su fruto y cómo regenerarse a sí misma. En este ejercicio vital de crecimiento interno debe evitarse el pensamiento formal. La mente ha de encontrarse vacía o desprovista de toda idea preconcebida, pero al mismo tiempo volverse viva, atenta, transformarse en puro sentido o capacidad para percibir grandes sensaciones. El alma debe estar en un estado de ánimo de búsqueda, no de pregunta, es decir, sintético, no analítico. Preguntar sugiere penetrar en algo con la mente personal; mientras que búsqueda significa abrazar y asir las ideas, «comerlas», «digerirlas», «absorberlas», por decirlo de alguna manera; girar alrededor y apoderarse de ellas, cercándolas -ya no es una cuestión de sujeto y objeto separado como ocurre con la mente personal y analizadora.

LA UNION MISTICA

La instrucción completa podría denominarse un método de yoga o unión mística (unio mystica) de la mente real o espiritual, de la mente que se gobierna a sí misma -raja-yoga, el verdadero arte real-. Pero no debe existir «vehemencia» (no ímpetu salvaje, para usar una frase de Patanjali en su Yoga-sutra) en una sola dirección; debe haber expansión en toda dirección, dentro y fuera, en silencio.

La «visión» del alma es, literalmente, el ojo del alma. La mente debe estar vacía de todo objeto de manera tal que pueda recibir la plenitud. Se convierte así en el «ojo puro», el eón, todo ojo; pero no será para percibir cosas distintas de sí misma, sino para entender la naturaleza del conocimiento –es decir, aquello que trasciende todas las distinciones entre sujeto y objeto.

Y aunque se cree que la Realidad está «más allá de la mente» o «fuera de ella» , en verdad no es así. Se puede decir perfectamente que se encuentra más allá o que trasciende la mente personal o formal, o la mente separada, porque ésa es la mente que separa; pero el Inteligible y la Mente Misma son en verdad uno. Como señala uno de los fragmentos: Porque la Mente no está fuera de Aquello-que-la-hace-Mente; y Aquello-que-es-la-Finalidad-de-la-Mente no subsiste separado de la Mente.

Los términos con guiones representan la misma palabra griega que habitualmente se traduce como el Inteligible. Así, el Oráculo podría cambiarse a: «Porque el Intelecto no está fuera del Inteligible, y el Inteligible no subsiste separado del Intelecto». Esto hace a to noêtón el único objeto del conocimiento, pero no es ni sujeto ni objeto, sino ambos.

LO UNICO DESEABLE

El Padre es la Fuente de todas las fuentes y el Fin de todos los fines; Él es el Único Deseable, Perfecto y Benigno, el Bueno, el Summum Bonum, como nos muestran los tres fragmentos desconectados que se transcriben a continuación: Porque de la Fuente Paterna no surge [o rueda] nada imperfecto. El alma debe tener medida, ritmo, perfección para girar, circular o pulsar con este Principio Divino. El Padre no siembra miedo sino que derrama persuasión. El Padre controla desde dentro y no desde fuera; controla siendo, viviendo dentro y no por contrastes.

No saber que Dios es totalmente Bueno. ¡oh, desdichados esclavos, sed sensatos!
Compárense estos fragmentos con el discurso del predicador incluido en el tratado hermético «El Poimandrés»: Oh, vosotros, gente, tribu nacida de la tierra, vosotros que os habéis dado a la ebriedad y al sueño ya la ignorancia de Dios, ¡despertad ahora! También el Oráculo cita lo siguiente:


El alma de los hombres se apretará a Dios estrechamente, con nada sujeto a la muerte; [pero] ahora todo está ebrio, pues se glorifica en la Armonía [ es decir en las Esferas del Destino o Sublunares] bajo cuya influencia existe la estructura mortal.

Fuente: Los Oráculos Caldeos de G.R.S. MEAD

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